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Um olhar sobre o Mundo

Porque há muito para ver... e claro, muito para contar

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Um olhar sobre o Mundo

12
Mar11

Posturas kamasutra: la pitón

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Posturas kamasutra: la pitón

 

¿Buscas algo nuevo para tu repertorio sexual? Esta es la postura kamasutra que estabas buscando, ¡fácil y muy, muy placentera!

 

Instrucciones eróticas

 

Para hacer esta postura kamasutra, dile a tuamante que se estire en el suelo boca arriba con las piernas juntas y los brazos pegados al cuerpo. Siéntate a horcajadas sobre él. Cuando esté dentro de ti, estírate lentamente hasta que quedes tendida encima de él y vuestras extremidades queden alineadas. Cógelo de las manos y, juntos, abrid los brazos. Levanta el torso como si fueses una serpiente a punto de atacar y muévete. Para que te sea más sencillo pídele a él que mantenga los pies flexionados; utilízalos para impulsarte con los dedos de los pies.

 

Por qué te va a encantar 

 

Hasta el último de los centímetros de tu cuerpoestará conectado con el cuerpo de tu pareja. Tus pezones le harán cosquillas en el pecho, estaréis firmemente cogidos de las manos y la fricción de vuestros muslos será tan intensa que podría provocar un incendio. De premio: además de la penetración, tu clítoris estará expuesto a una estimulación continua.

 

Truco sexual

Siempre que puedas, agacha la cabeza y chúpale la parte interior de los labios. Si te sientes especialmente juguetona, antes de ponerte en posición, traza una línea imaginaria con la lengua desde los dedos de sus pies hasta sus labios, ¡haz paradas estratégicas en boxes por el camino!

Via Cosmopolitan

28
Jan11

Sexo, Posturas para penes pequeños

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Asi de chiquito

 

Estaba yo pensando, con motivo de la muerte de Augusto Algueró, que la letra de su canción ‘Tómbola’ tiene múltiples lecturas. Eso de ‘en la tómbola del mundo, he tenido mucha suerte’ puede aplicarse a cualquier circunstancia de nuestra vida. También a nuestras características genitales. Como propietarios o potenciales usuarios. Porque, a ver, a veces estas cosas pasan: conoces al hombre de tu vida, futuro padre de tus hijos, tiene una conversación amena, te hace reír con sus cosas, no tiene halitosis, es formal y trabajador (pero con un puntito macarra), te mira bonito... Aunque todo lo expuesto hasta aquí lo hayas corroborado sólo en cinco minutos de conversación en una barra, decides acompañarle a su casa a tomar la última y, tachán, la tiene pequeña. No me refiero a la casa. Bueno, ciertos apartamentos hacen que se te caiga el alma a los pies, pero está feo eso de descartar a la gente por su hábitat o sus posibilidades económicas (aunque me consta que hay gente que lo hace). No, hablamos del tamaño del miembro viril.Aunque en todo manual de urbanidad sexológica queda claro que el tamaño no importa (el grosor tiene más enjundia), la máxima del ‘burro grande, ande o no ande’ goza de gran predicación. Y los que no dan la talla, se las ven y se las desean para gustarse y gustar. ¿Qué hacer en esos casos? Hombre, como usuaria o usuario, conformarte con la tómbola del mundo, esperar que tu próximo ex esté mejor calzado o, si es un rollo de una noche, seguir ‘jugando’, como con las tapas del yogur de antaño. Si eres el dueño del champiñón, desarrollar y optimizar otras habilidades amatorias que no dependan directamente del pene es una buena solución. Hay lenguas que obran milagros, por ejemplo. Que conste que hablamos de penes pequeños, entre 6 y 10 centímetros y no de micropenes. Sea como sea, en esta ‘cama redonda’, fieles a nuestro espíritu de servicio público, vamos a comentar algunas posturas sexuales que pueden ayudar a los discretamente dotados a superar con éxito el escollo del coito.

 


Hace años tuve la discutible fortuna de tener una compañera de trabajo que nos contaba a toda la redacción su vida sexual con pelos y señales, quisiéramos o no. Todavía recuerdo, como si fuera hoy, cómo proclamó a los cuatro vientos (porque era de las que hablan a gritos) que ella y su novio lo hacían de lado, porque él la tenía pequeña y si no lo hacían así, se le salía constantemente. Él estaba presente en la confesión. Aún tengo grabada su cara de aturdimiento. Creo que ya no están juntos, pero bueno. Está claro que, a su manera autodidacta, esta pareja consiguió que sus relaciones sexuales no fueran un ‘coitus interruptus’ en el más estricto sentido gracias a la tradicional postura de la cuchara. Hay algunas más:

 

-El perrito. Un clásico entre los clásicos. Una vez se encuentra el ángulo adecuado (colocando ella la cabeza y los hombros sobre la almohada y arqueando la espalda), hasta el chihuahua más pizpireto consigue cabalgar a un San Bernardo (o Bernarda, para el caso es lo mismo). Como en toda penetración trasera (no exclusivamente anal), la componente visual es muy importante para el elemento activo ya que en todo momento se controla la situación y se evitan resbalones o intentos de escapatoria involuntarios del pajarito en la jaula. En fin, que ya lo sabéis, no sé qué os estoy contando.

 

-Las orejas de conejo. Seguimos en el reino animal. Ya que hablábamos de la importancia de lo visual en toda relación sexual. El inconveniente en el perrito (aunque para algunos puede ser una ventaja en ocasiones) es que los amantes no se ven las caras. El sexo frente a frente también es posible aunque se tenga un pene pequeño. Para ello, la chica debe tumbarse de espaldas, colocar las piernas a la altura de las orejas del chico, con una almohada a la altura del trasero, de tal manera que la pelvis quede elevada de cara a favorecer un ángulo de inserción más grande al pene. Para evitar que las piernas (las orejas del conejo, vamos) se cansen demasiado en esa posición, el chico puede sostener las rodillas de su compañera por la parte posterior con sus manos. Ah, y esta postura permite la manipulación del clítoris sin tener que detener la penetración.

 

-La V. Como la serie de los lagartos. Ella se tumba boca arriba y abre las piernas en forma de V. Él arrodillado, levanta las caderas de su compañera y puede controlar en todo momento la penetración. En esta posición la estimulación del clítoris la puede realizar también el chico.

-Una sin bautizar. Se admiten sugerencias. Ella se tumba de espaldas, con las piernas cerradas y él la penetra desde atrás, con las rodillas situadas a lado y lado. Evidentemente, en el momento de la penetración, ella debe abrir un poco las piernas pero, una vez dentro, las puede cerrar y evitar cualquier escapatoria. Un ‘pero’: si tu churri pesa un poco y la colcha es especialmente mullida, puedes morir asfixiada.


En este enlace podéis ver algunas posturas más que no hemos comentado. Que quede claro que un pene pequeño no tiene porqué significar una vida sexual aburrida. De hecho, se le puede sacar bastante más partido que a cacharros mucho más grandes, torpes y pesados como un elefante entrando en una cacharrería.

 

Via Cama Redonda

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